miércoles, 31 de marzo de 2010

Festival Lima no es Muda

Público presente




Tizada colectiva


El Ekeko


Di y escribe lo que piensas


Performance



Pago a la Tierra




Recital

Laura Rosales



John martinez en el escenario


Karina Valcarcel



Mario Morquencho


Miguel Vílchez

Sandra Enciso





Julio García




Peota chilena invitada - Ana Montrosis


Colectivo Jaula Ceniza con Ana Montrisis

Algunos Textos que se leyeron ese día
Canta la tierra

muerta, Canta la tierra
ignorando el silencio
que habita en toda su muerte.
Bemoles en su superficie
desencadenan el gran concierto
la orgía de vocesparecidas al llanto
de un niño peruano.
Canta la tierra
canta toda la muerte.
Cazador, siervo, león
colores, avenidas, proteínas,
Todos nosotros alimentándonos
de un mismo pezón,
Naciendo del mismo sexo,
incógnito,
en alguna torpe oscuridad..
Estás muriendo, lo sé
Y cantas la agonía
de todos tus habitantes.
Todos nosotros,
Hijos pródigos asesinando a la madre
hijos que fuimos niños
y nos convertimos en hombres
jugando a los héroes.
Canta la tierra.
Cantamos todos,
tus pequeños,
sobrevivientes.
(Laura Rosales)

Documental

Pasará un día/ el pájaro despertará
y al abrir sus alas no habrá viento disponible
sus semejantes serán apenas siete aves con máscaras de oxígeno
y la rama donde ahora estaría su nido
y la rama donde ahora estaría su nido, ¿Dónde estará?
Al abrir los ojos el campo ya no estaba
mi hijo no ha crecido /con la infancia sumergida/ en aroma de eucalipto quemado
no sabe qué es el mar
sabe que nada es para siempre
y no puede llorar/ no tiene agua en el cuerpo.
Pasará una noche
extrañaremos las estrellas
como si alguien nos hubiera extirpado la sonrisa
y el camino donde nos deteníamos a abrazarnos
y tus flores favoritas
y las piedras que lanzabas los veranos en la playa
y el gras recién cortado
y el color azul
y las manzanas
solo serán parte de un documental de la National Geographic.
Pasará que el detergente sea la nueva Cocacola
y no quedará nada para lavar nuestras conciencias.
(Karina Valcárcel)

Construyes un Cielo con pedazos de Tierra

Te observé el otro día consumiendo el aire
Bebiendo de la tierra
Firmando un contrato de no agresión con las plantas mientras les extirpabas los órganos
Quemando las entrañas de tu corazón
Quemando tu casa
Construyendo un cielo que no tendrá donde sostenerse
Ideando la forma de convertir un jardín de plantas en uno de oro
De transformar el mundo en una factoría
Donde construyes placeres
Sólo para los amigos

Estabas tirado en el suelo, drogado,
Mientras la tierra sollozaba
Temblaba, tenía fiebre, se sentaba a meditar sobre todos los hijos que mataste
Lloraba – sobre todo –
Porque te notaba infeliz
Caminando ciego y absorto
Mirando el cielo y cuidando de tu alrededor
De que no te maten tus hermanos
Sin percatarte del desfiladero que tú mismo construiste
Mientras buscabas un tesoro en el vientre de la madre.
(Julio García)


ÁRBOL

¡Cómo te extraña el gato de tres patas!
Encaramarse ahora hacia el cielo le es imposible.
Desde el columpio vislumbro la tristeza
lamiéndose la cuarta pata fantasma
cuando los sonidos de la madrugada sobre el techo
sincronizan con los de la cocina
que mi madre habita.

Cómo extraña el plácido ocaso recorrer con los dedos
tus radiantes marrones impares.
Cómo te extraña la suave agonía del día
sobre fila de hormigas negras
que extrañan tanto ver por la ventana
la primavera en tus curvaturas,
en la madera palpitante,
en los pies que nunca se cansaron de sostener la vida,
en la lluvia que recibiste con la boca abierta
agradeciendo con los extremidades verdes extendidas.

¡Todos te extrañan tanto!
Hasta los espurios lirios que decoran la sala.
Quisiste comunicarte enviándoles hojitas amarillas
como cartas con faroles encendidos
que viajaron y se perdieron en la incertidumbre
de los analfabetos verdes artificiales.

Ese deseo te llevó a desquebrajar
la acera y la pared.
El ansia desde el subsuelo con el ejército de bichos
hasta la corona de aves y ruiseñor voz,
valieron la pena de muerte.
Valeroso al fin,
épico desde la raíz de los gusanos
hasta la savia incontrolable derramada en el jardín.

Y tu cuerpo que ya no es árbol
lo extrañan tanto las llamaradas de una casa pobre
los habitantes de esa casa pobre
sentados, frotándose las manos
mirando ese hirsuto témpano de ser.
(Mario Morquencho)


Imagen
En el viento una hoja imagina ser ave.
(Jorge Flores)

No hay comentarios:

Publicar un comentario